jueves, 3 de julio de 2008

7. Desnudo

Nunca sabemos del tiempo de que disponemos para las cosas importantes. Nunca sabemos si tendremos otra oportunidad si dejamos pasar ésta que se nos presenta. Podemos ser previsores o arriesgarnos, pero ninguna de las dos opciones nos asegurará nada, simplemente nos mostrará el tipo de persona que somos o hasta dónde estamos dispuestos a llegar.

Subió las escaleras trastabillándose, jadeando del esfuerzo y deseando ponerse en marcha. Cogió lo necesario para llegar al primero de sus destinos, donde reflexionaría sobre el siguiente de sus movimientos. Era necesario no olvidar nada, no tenía pensado volver pronto, ni debía, había llegado el momento. De repente se detuvo ante una foto que permanecía semioculta bajo una pila de ropa. La cogió y la observó con calma. Un pequeño suspiró surgió de su alma. Cómo habían cambiado las cosas. Cómo había cambiado él. Nada tenía que ver con aquel que era entonces, y le envidiaba. Dejó la foto en el mismo sitio donde la encontró. Se quitó la ropa y se metió en la ducha. Dejó que el agua recorriera todos sus poros sin moverse. Miraba hacia los dedos de sus pies cómo el líquido arrancaba todos y cada uno de sus pensamientos. Permanecía quieto, desnudo, sin toda esa ropa que le sobraba, vestido de convicción. Su corazón latía despacio y sentía como la sangre fluía por todo su cuerpo. Era una sensación maravillosa, sus lágrimas de felicidad se mezclaban con el agua que caía sobre él dándole el calor que necesitaba para seguir vivo. Escuchó un murmullo familiar, parecían graznidos de gaviotas...

Caían gotas desde un cielo encapotado, siempre encapotado. Desde aquella ladera podía contemplar el mar, incluso podía sentir la fuerza con la que rompían sus olas pese a la distancia. Si se giraba en redondo podía ver aquel castillo, y aquellos rincones en los que paseó con ella. Sí, un año antes de aquello no se hubiera creído lo que estaba haciendo, pero no sólo estaba allí, sino que fue él el que tomo la decisión. Una cerveza, dos sillas y una chimenea fueron sus consejeras. No necesitó nada más. Encaró el futuro sin conocer el presente y eso era lo que tenía que hacer ahora. Pero esta vez lo haría solo. Debía aprender a hacerlo.

Dejó atrás todos esos recuerdos, que se escurrieron por el desagüe. Hubiera seguido recordando para siempre, habría detenido el reloj en ese momento con el agua recorriendo su piel mientras recordaba todo aquello que le hizo sonreír por el mismo hecho de sonreír. Pero sería como seguir viviendo esta vida de mentira a la que estaba abocado. Sacudió su cabeza, miró al frente y salió por la puerta. Tenía que empezar un viaje.


Nueva Vulcano - Quiromancia
Principal Primera. BCore 2004

Letra: "Sigo tus pasos hacia donde nunca he ido. No me importa decir que vengo desde donde nunca he salido. El cambio de estación desordena tu pelo. El futuro sin pies en el suelo. Nuestras palmas son una red de cables y vías. Quiero fundir las tuyas con las mías. No tengo horario. He perdido un tren y 1300 días. Dentro de que bloque estas? quiero amasarte, así cambiaras líneas en mis manos, que van a decirte: -Todo parece muy simple si la soledad es compartible-. Sin toda la ropa que nos sobras. Vestidos de convicción. Son eso complejos de clase o solo urgencias cotidianas que hacen que no sepa tu nombre?"

No hay comentarios: