Cualquier sitio era bueno para dejar su imaginación volar. Sólo tenía que planteárselo. Podía estar ensimismado en pleno concierto, disfrutando de la compañía de sus amigos o en una manifestación contra lo que fuera. Su mente era un lugar donde siempre podía reposar tranquilo, siempre que no le atormentasen remordimientos o se sintiera frustrado. Y aún así, si lograba separarse de la realidad era capaz de abstraerse en un paraíso placébico. Disfrutaba recreando batallas épicas, amores imposibles o simples divertimentos cotidianos.
En ese rincón de su mente siempre tenía la ventaja sobre su inconsciente y sobre el destino. Pese a su ensoñación podía controlar todos los aspectos de la historia y modificarla a su antojo, aunque a veces la dejaba fluir de manera natural, no es necesario tocar ciertas teclas cuando todo está funcionando. Las historias de ficción son como las reales, algunas tienen finales felices y otras no. Es una simple ecuación que abarca la aptitud de los actores, la dirección, el guión y, por supuesto, el azar, el destino, los hados… múltiples nombres para un mismo concepto.
Una de sus recreaciones más recurrentes era de él mismo descendiendo por una montaña nevada. Totalmente solo. En una pendiente suave pero sin fin, sentía el viento en sus mejillas, y dejaba que la nieve guiase su camino, que el aire atravesara su cuerpo llenándole de vida. Estaba solo, aunque no echaba en falta a nadie. Simplemente se dejaba llevar montaña abajo y, a la vez, sentía como su mente ascendía. Estaba por encima de cualquier tipo de problema, sus pulmones se hinchaban de júbilo y el corazón le latía como si estuviese enamorado y fuese correspondido. Sobrevolaba valles, ríos, ciudades y bosques interminables. Recorriendo todos los lugares por los que había pasado, respirando libertad, sintiendo que no había problema que pudiera detenerle, era superior a todo eso, estaba por encima.
El descenso no era duro, pese a que volviera a la realidad una vez despierto. Una sensación de paz le embargaba y las preocupaciones ocupaban una parte ínfima en su cerebro. Ya volverían a desquiciarle cuando pasara el efecto de esta droga. Ahora esos problemas no podían nada contra él. Estaba muy lejos. Nadie podría intentar siquiera acercarse a él.
Ahora descansaba. Tras la ascensión llegaba el descenso, pero mientras tanto disfrutaba de su caída libre, no tenía miedo por golpearse contra el suelo. Se levantaría, no era la primera vez.
My bike- Sexy Sadie
It´s Beautiful it´s love, 1998. Subterfuge.
Letra: http://www.letras.com/s/sexy_sadie/it%5C_s_beautiful_it%5C_s_love_/My_Bike.html
1 comentario:
Flaco, todo muy lindo pero te van a chorear la historia!!!
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